jueves, 25 de junio de 2009

¿Por qué escribo?

Han pasado exactamente 17 días desde el último post y no he escrito nada. He tenido varias ideas para este segundo post de la "segunda temporada" pero, parece que, a la hora de sentarme frente al teclado, todas las ideas desaparecen. Supongo que ahora en adelante, debería de llevar un libreta para anotar todas esas ideas "geniales" para el blog, aunque ya no parezcan tan "geniales" cuando empiezo a escribir.
A veces tengo la impresión que no sé para qué escribo. Supongo que lo hago porque, tal como lo dijo Anna Frank en su diario, "el papel es paciente". Y tiene toda la razón. El papel jamás juzga lo que escribes, lo que piensas. Jamás te va a decir que no le gustó lo que escribiste.
De una manera u otra, el papel viene a ser una especie de amigo que no puede responderte. Un amigo, que te invita a que le cuentes todo, desde lo más banal hasta lo más privado. En una hoja de papel puedes escribir lo que quieras, con la seguridad que puedes borrar la evidencia de todo aquello que escribiste y así toda memoria de aquella hoja, quedaría sólo en tu cabeza.
Pero si tuviéramos la posibilidad de preguntarle a una hoja de papel en blanco que le gustaría que escribiéramos, ¿qué creen ustedes que respondería? ¿Le gustaría que escribiéramos la fórmula de la vacuna para una enfermedad mortal, la solución para el problema del hambre en el mundo, un secreto de estado, un poema, un cuento? ¿Si fuera un cuento debería de tener un final feliz? ¿Y por qué solo se habla de finales felices? ¿No hay acaso inicios felices o historias felices?
A veces, me siento y miro la hoja en blanco y no se me ocurre nada. Pongo mis dedos sobre el teclado pero no me atrevo a moverlos. Muchas palabras viajan por mi mente sin embargo, ninguna es lo suficientemente buena para estrenar una página. Quiero escribir algo realmente bueno, algo que quisiera leer y no arrepentirme de haber escrito.
Yo escribo porque me gusta, porque puedo y porque es gratis.
Edo

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