lunes, 31 de diciembre de 2012

Fin de Fiesta

"La vida puede no ser la fiesta que esperábamos, pero mientras estemos aquí solo nos queda bailar". Esa es una oración que escuché alguna vez y que se me quedó grabada. Esta es solo otra entre las siete mil millones de formas de ver nuestra existencia. Hay canciones que nos gustan, otras que no, algunas para bailarlas de a dos, en grupo, solos, para reírse, alegres, tristes, para llorar, para gritar, para emocionarse, para saltar. Y supongo que así es como que hay que tomar la vida, como venga. Lo importante es nunca dejar de bailar. No importa los gustos o antojos musicales del DJ de turno, llámenlo Dios, el destino o la suerte, la vida al fin y al cabo. Claro, que siempre está bien sentarse un rato, tomarse un trago, descansar los pies, juntar energías para bailar de nuevo. Y eso es lo que trato de hacer en este post.

Creo que la palabra clave, para hacer este recuento y balance del 2012, es "reconsiderar". Este año, hubo muchos cambios, que me llevaron a repensar y a reconsiderar varias cosas. De las metas que tenía a inicio de año, quizás muchas no las logré a alcanzar, pero en el camino aparecieron nuevas y estas me gustan más. Empecé el año determinado a irme a estudiar a Canadá, conseguí una beca y lo único que me faltaba era hacer mis maletas, subirme a un avión e irme. En marzo, empecé a estudiar Economía en Lima y con el tiempo decidí quedarme. Diez meses después, he conocido a mucha gente, y a un buen puñado tengo ahora el gusto de llamarlos amigos. En ese grupo, todas son personas geniales, a quienes he aprendido a querer, a mi modo y, sobre todo, con quienes me he divertido durante el año. Sin embargo, esa no fue la única razón por la que me quedé. Hay varios fantasmas y cosas pendientes que tenía, algunas que tengo, en Lima e irme hubiera sido solo cobarde. Y, felizmente, me quedé.

En junio, entré a AENU Perú y los siguientes seis meses han sido, simplemente, increíbles. No solo encontré un grupo de gente interesada en política, debate y relaciones internacionales (temas que me interesan), de quienes he aprendido un montón y que me permitieron desarrollar y descubrir nuevas habilidades. Debo admitir que he tenido que sacrificar sábados, domingos, juergas, horas de sueño, de estudio para la universidad y que me ha costado mucho esfuerzo. Sin embargo, he ganado mucho pero mucho más de lo que he dado. Con el tiempo, ya no solo era parte de una asociación, tampoco de un grupo de amigos, sino que ahora tengo una especie de nueva familia. El próximo año, en marzo, se nos viene un gran reto: debatir tanto en el Harvard World Model United Nations en Melbourne, como en el Harvard National Model United Nations en Boston. Ganas nos sobran. Con el esfuerzo y apoyo de todos, estoy seguro que la vamos a romper, y vamos a regresar a  Lima con varios premios.

Fue muy difícil decirle "adiós" al colegio y "nos vemos" a mis amigos de toda la vida. Al principio, era raro no verlos todos los días por estar en universidades diferentes. Sin embargo, todo es cuestión de adaptarse. Después de un año, nada ha cambiado, y cada vez que nos juntamos es igual que antes. En julio, hice un viaje a Máncora con tres de mis mejores amigos. A pesar de que fue un viaje corto de cinco días, creo nunca me había divertido tanto en uno. Dormimos poco, juergueamos mucho, vimos el atardecer y el amanecer todos los días, pasábamos las madrugadas en la piscina, y a las 7 a.m. ya estábamos de nuevo en el mar, casi nos quedamos varados en cuatrimoto en medio de la nada, nos fuimos hasta Punta Sal juntos, y me picó un cangrejo. Después de un año "separados", no puedo decir que a mis amigos del cole los quiero igual, los quiero aún más, si es posible.

Es cierto, quizás en el 2012 no hice todo lo que quería (como, por ejemplo, escribir más seguido aquí) y no sé si logré mucho o poco, pero en esta fiesta sí que he bailado y, sobre todo, lo he pasado bastante bien. Me gusta donde estoy y me gusta esta música. En unas horas se acaba esta fiesta, pero no se preocupen, empieza otra con 365 días para hacer las cosas bien, para cagarlas un poco, para cagarnos de risa y para llorar un poco también, pero sobre todo, para bailar.

P.S.(1) Esta es la canción que inspiró el título de este post. Es una de Kevin Johansen, gran cantante argentino, y a quien tuve la suerte de escuchar en concierto cuando estuvo de paso por Lima. Como dice Johansen, "si la vida es una orgía lenta, lo mejor debe de estar por llegar".



P.S.(2) Y esta sí es una canción para bailar. "Todo lo que quieres es bailar" - Jorge Villamizar (Ft. Descemer Bueno)



Edo

lunes, 16 de julio de 2012

16 de julio

Qué corta es la memoria, ¿no? Hace solo veinte años, una bomba no solo arrancó la vida de veinticinco peruanos y dejó cientos de heridos, también plantó un trauma y recuerdos indelebles en muchas memorias. Me sorprende, o quizás no tanto, que a todas las personas a las que hoy les pregunté "¿Sabes qué pasó un día como hoy hace veinte años?", ninguna supo responderme.

En este país, creemos que curar las heridas significa erradicar los hechos sangrientos de nuestras mentes, olvidarnos de nuestros muertos, del miedo y del terror que mantuvieron en vilo a todo un país por décadas. Creemos que no hablando del terrorismo; susurrando la palabra como si estuviera vetada; callándolo porque no es apropiado comentarlo en la mesa, en el trabajo o con los amigos; evitaremos que la historia se repita.

Yo no existía el 16 de julio de 1992, nunca he vivido pensando si es que un carro estacionado frente a mí puede tener una bomba dentro, no he pegado cinta adhesiva en mis ventanas, no he vivido los apagones, no he llorado a un familiar muerto, ni a un amigo desaparecido, no me he ido a dormir pensando si es que mañana seguiremos todos vivos. Sin embargo, las víctimas de Tarata son mis muertos, porque al igual que yo, eran peruanos. No fallecieron porque estuvieron en el momento y en el lugar incorrecto, sino que fueron asesinados por terroristas que querían conducir a este país a un sendero oscuro.

Me indigna que los peruanos vivamos con amnesia, que seamos capaces de sorprendernos y escandalizarnos con los chismes de la farándula local, o porque la selección de fútbol perdió un partido más. No obstante, somos totalmente indiferentes al hecho que, hace solamente veinte años, un padre buscaba a su hijo entre los escombros de un edificio, un hijo no vería nuevamente a sus padres, un niño no volvería a dormir tranquilo, una mujer enterraría un cajón vacío porque nunca encontró los restos de su esposo.

Es definitivo, un país sin memoria está condenado a repetir su historia. Hoy, 16 de julio, no solo recuerdo a las víctimas de Tarata, sino también a las miles de personas fallecidas, desaparecidas o que nunca más encontraron la paz a causa del atroz accionar de los grupos terroristas en el Perú. Esta es una fecha para indignarnos. Sobre todo, contra quienes alimentan el odio en nuestro país y se sirven de ideas sangrientas para arrebatar vidas. Sin embargo, también debemos indignarnos con nosotros mismos, por dar cabida a que esta historia, llena de terror y que no debió suceder jamás, se repita. Maldita sea la amnesia.

Edo

jueves, 26 de enero de 2012

Dieciocho

Ya, empecemos: a ver redoble de tambores... Y EL PREMIO NOBEL, PULITZER, ÓSCAR, GLOBO DE ORO, BAFTA, GRAMMY, PALMA DE ORO, OSO DE ORO, ORDEN DEL SOL, etc. es para... Ah no, esperen eso es todavía dentro de diez años. Por el momento, y bueno solo por hoy, es MI CUMPLEAÑOS! "WUOOO!" (ovación general).
Nací hace dieciocho años, a las 10.10 a.m. (según mi mamá) o a las 10.11 a.m. (según mi partida de nacimiento), prematuro (8 meses) y bajo el signo de Acuario (lo cual no sé si tendrá alguna relevancia en mi vida). Dieciocho años no es mucho, en el sentido que si los contamos con los dedos, solo hacen falta cuatro manos, y en dos patadas, ya terminamos. Sin embargo, estoy agradecido por seguir vivo y por cada minuto de los diecisiete años anteriores.
Me considero una persona afortunada. Apenas nací, mi mamá lo primero que le pregunto al doctor fue: "está bien?, respira?, está completo?". Tengo la suerte que la respuesta del doctor fue "sí" y que, hasta ahora, sigo bien, respiro y sigo en una pieza, completo (sin contar la vez que me rompí el brazo a los trece años). Mis pies me han llevado a muchos sitios increíbles; mis manos han construido varias cosas, algunas veces con éxito y otras no; mis ojos han visto la vida desde diferentes perfectivas; mi boca ha saboreado platos exquisitos y ha dicho siempre, o al menos gran parte de las veces, lo que pienso; el tacto me ha dejado sentir cada abrazo y cada beso que me han dado, o que yo he dado; mis orejas, a pesar de mi terquedad, han escuchado lo que tienen que decir los demás; mi nariz me ha permitido... oler; mi corazón (o donde sea que se alojen los sentimientos) quiere bastante, no sé si mucho o poco, a buen grupo de personas y mi cerebro me permite procesar bien o mal todo esto.
Tengo a mi mamá y a mi papá, a quienes amo, por más que tengamos diferencias abismales y no siempre estemos de buen humor; una hermana maravillosa a quien admiro y estoy muy orgulloso; un tío que ha me ha dado demasiado cariño y que ha cumplido el rol de los tres abuelos que me cuidan desde arriba; otros dos tíos que son verdaderamente un ejemplo a seguir y a quienes quiero mucho; un primo que es el hermano que nunca tuve; un perro que hace un gran esfuerzo por comunicarse conmigo verbalmente pero no sabe que yo ya lo entiendo; no tendré muchos amigos, pero los pocos que tengo son verdaderamente geniales; he pasado trece años estudiando en un colegio en el que me sentí bastante cómodo y donde conocí gente muy buena y no tan buena también; he viajado bastante, conozco una buena porción de mi país y he podido salir del Perú varias veces; he leído quizás no lo suficiente; he escuchado quizás demasiada música; he escrito, pero no tanto como me hubiera gustado; no he visto tantas películas como quisiera; he tenido baches, algunos no sé si agradecerlos o no, pero todos me han traído hasta aquí y me gusta estar aquí y ahora, así que supongo que todo fue para bien.
Este año, todo cambia y eso es bueno.
Edo

jueves, 12 de enero de 2012

Departures

Muchachos, ahí les va lo que estuve escribiendo las últimas semanas de diciembre. Pensaba hacer la historia más larga pero, a recomendación de A.M. decidí publicarlo así como está. Quién sabe, fácil en otro post haya una continuación.


Era un día típico de primavera: no hacía ni frío, ni calor. Con una chompa se estaba bien afuera, aunque se estaba mejor en casa, dentro de una cama, abrigado, durmiendo. A Felipe no se le antojaba estar en el colegio, para nada. Tenía sueño y otras cosas en qué pensar, en vez del decadentismo latinoamericano o en  derivar la función que tenía al frente, en la pizarra. La verdad es que esa mañana se había levantado con la certeza de que ese no iba a ser un buen día. Así que decidió seguir el protocolo para situaciones como estas: esperar que lentamente se pasaran las horas hasta poder regresar a casa y, tratar de no levantar ninguna sospecha de que había algo que lo tenía distraído. Las últimas semanas habían sido un poco raras, muchos cambios y muy poco tiempo para adaptarse. Sin embargo, las cosas no andaban para nada mal; al contrario, después de algunos meses llenos de baches, se podía divisar los primeros destellos de una, lejana pero certera, luz al final del túnel.
Caminar, eso le provocaba, caminar pero, solo. No sé, quizás por el centro, por el Parque de Lima o por Miraflores, por el malecón, quién sabe, dar una vuelta por el Golf de San Isidro, por los parques inmaculados de esa zona, sentarse en un café, tomarse uno, mirar a la gente por la ventana. No sé, quizás un fin de semana que tenga libre. Es necesario despejar la mente, relajarse de vez en cuando, es necesario, se repetía constantemente. Quizás despegar, sí tomar un avión que me lleve lejos, a Londres, a París, a Roma, o no tan lejos, a Buenos Aires, a Nueva York o a una playa en California. Sí en esta época del año, en la que no hace tanto calor, ni demasiado frío. Ciertamente, ese día estaba nostálgico, de qué, no sabía, quizás de lo que no había vivido o de lo que le gustaría vivir pero, que estaba muy lejos y, poniendo un poco los pies sobre la Tierra, no era posible, al menos en ese instante. En un par de años, tal vez, en un par de años, repetía mentalmente, como una consolación, de qué penas, no sabía y salía de esa abstracción momentánea, de esos viajes mentales a otras ciudades, otros países, otros continentes, totalmente desconocidos para él. ¿Cómo sería, cómo sería? La niebla y el London Bridge, un paseo por el Sena, un café cerca a Trinità dei Monti, una pareja y un tango, el MoMA, el Guggenheim y Central Park, la playa descalzo y el mar entre los dedos. ¿Cómo sería? Y así empezaba otro viaje de nuevo.
Cuando se tienen diecisiete años y ninguna certeza, aparte de la estar sentado, parado, de cabeza, lo que sea en algún lugar y no estar seguro de nada, es que estos viajes se vuelven una serie de pequeños oasis en medio de desiertos llenos de rutinas, castillos de naipes, que tarde o temprano se derrumban. Pero, sí, eran reparadores. La sensación de estar a treinta mil pies de altura, suspendido, flotando en un enorme pájaro de aluminio, pero al fin y al cabo flotando, admirar la inmensidad del cielo o estar  en un barco, parado cerca a la borda y quedarse absorto, sentirse pequeñísimo, que sensación tan sublime. A Felipe le gustaba la idea de ser nada más y nada menos que un puñado de átomos, unidos por la casualidad, un conjunto diminuto en comparación con el universo y sus infinitas posibilidades, un grano de sal disuelto en el océano. Sin embargo, no le agradaba pensar que quizás en otra galaxia, a miles de años luz, hubiera otro Felipe, una realidad paralela, o incluso alguien con otro nombre, con otra cara, otro cuerpo, alguien de otra especie pero, cuya gnosis vagara por la misma vía que él estaba recorriendo en ese momento. Ese tipo de pensamientos lo distraían diariamente, cuando lo agobiaba la rutina y el sopor de ciertas asignaturas, en las cuales evitaba a toda costa quedarse dormido. Sí, también era divertido viajar en los sueños pero, lo es más cuando uno lleva el timón del asunto y no se deja llevar por el subconsciente. Por eso a Felipe le fascinaba viajar. En cada travesía, en la medida de lo posible, él se convertía en el capitán al mando, dejándose guiar por ningún otro mapa que no fuera el azar de la vida misma.
En todo este esquema científico, Felipe era consciente de la Tercera Ley de Newton, por la cual toda acción tiene una reacción equivalente pero en sentido opuesto. Cada movimiento que hacía, incluso la sinapsis de sus neuronas, los choques eléctricos entre ellas, todo, absolutamente todo tenía una consecuencia. Y, ¿qué hay con las personas? ¿Habrá una consecuencia para cada una? ¿Una especie de reacción a nosotros mismos, como un polo opuesto al que atraemos y al que somos atraídos? ¿Existirá eso lo que llamamos coloquialmente “media naranja”? ¿Habrá una forma de probarlo científicamente, de aplicar la Tercera Ley de Newton a los humanos?  Caminar, caminar, Felipe pensaba en caminar pero, cada paso tendría una consecuencia. Y, ¿dónde estaría la suya? ¿Existirá una reacción a sí mismo? Cualquiera de las veinticuatro personas a su alrededor, veinticinco si contábamos al profesor de matemática, o de las otras seis mil novecientos noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientos setenta cinco personas que habitaban el planeta, aproximadamente, podía ser la reacción a su existencia. Por el momento, "Tripulación, armar toboganes, chequeo cruzado, prepararse para el despegue" y treinta mil pies de altura.
Edo

sábado, 31 de diciembre de 2011

Hasta que el mundo se abra en dos

Ha llegado el momento, 31 de diciembre, hora de hacer el balance de fin de año, espero que no sea el último, según los Mayas, y, sinceramente, no creo en huevadas así que "lo que será, será". 
Bueno, tengo noticias para ustedes. Si es que no me siguen en Twitter probablemente no se han enterado de nada pero, la más importante es que acabé el colegio. Sí, después de 13 años dentro el muro rojo, contando Kinder, y un año como prófugo de la universidad he acabado el cole. Bueno, la verdad es que ya había acabado la secundaria el año pasado pero, hice un año más para tener mi diploma de Liceo. Estos últimos meses, sobre todo noviembre y diciembre, han sido una TORTURA con todo esto de la Maturitá, estudiando para los exámenes y terminando la tesina. Creo que debería de empezar a dividir mi vida en A.M. (antes de la Maturità) y D.M. (después de la Maturità). Por todo esto es que he abandonado el blog durante un buen tiempo. Es cierto muchachos, este año tampoco he posteado tanto como me hubiera gustado. Pero bueno, regresando al tema, si tuviera que describir todos estos años en una sola palabra, simplemente... no podría. Pero supongo que "genial" se le acerca bastante. Sí, han habido cosas malas y feas, sobre todo en las últimas semanas un pequeño grupo de gente me decepcionó pero, tampoco esperaba mucho de ellos. En fin, trato de quedarme con las cosas buenas. Más que nada, con las personas increíbles que conocí y los buenos momentos que pasé allí.


Si hubiera tenido la oportunidad de dar el discurso de graduación, probablemente hubiera dicho que voy a extrañar demasiado el cole, los recreos, los viajes de estudio, todas la clases que me gustaron (sobre todo Filosofía, Lengua y Literatura, Storia y Mate), a casi todos mis profesores (no saben cuánto he aprendido de ellos y no solo de sus cursos), a Mónica, a Paquita, al señor Aquino, que gracias a todas nuestras familias por TODO el apoyo, que Aquila es CAMPEÓN, que amo a los 28 de la Prom 80 de este año (contando a Nina) y a muchos que se fueron el año pasado (sobre todo a Pequeña, Vale, Goico, Nath, Gianlu, Lupi), que este año he aprendido a quererlos más (si es posible), que voy a extrañar al "negro" Rossi aunque insista en seguir en una competencia imaginaria conmigo, que ojalá Pippi sea Congresista, que Pedrito siga siendo TAN fresco, que la Puchis se case conmigo, que Fochis es un trolón pero mi hermano, que Nina es neurona y "ojoloco", que César es uno de los amigos más fieles que tengo (y uno de los mejores), que Rawi es mi querido cochinada, que tengo el mejor Cuya, que a Diego bueno... lo voy a extrañar (queda pendiente lo del Monopolio), que Mosto siga siendo Mosto, que los Lingüísitcos sigan siendo tan unidos y tan geniales como son, que la China será siempre mi pareja de baile (queda pendiente lo del tucán), que me hubiera gustado que Choclito esté en la graduación con nosotros, que Favaro es un koala panzón, que es verdaderamente un honor que Dani sea mi mejor amiga, que a Tati le va a ir GENIAL a donde sea que vaya y lo que haga, que Virginia Battisti es una de las personas y profesores más geniales que conozco (ahora dedícame tu libro con abrazos efusivos), que también quiero mucho a la gente de las Prom 81 y 82 (mención especial a PEJE!, Matti, Henchi, Vale preciosa, Nane, Naaader, Diego, Semi, Chato, Bruno L., Pepe, Alex, Nicole, Silvya, Gabriella L., Pía, Daniela O. (gracias por leer), Majo, Carlo, el "nigga" Pietroni, Franco), y que todos los edificios, la piscina, el coliseo, los laboratorios, la cancha, los jardines, todo junto, valen nada y no tendrían un significado sin todas estas personas.


Este año arroja nuevamente un balance positivo, buenísimas canciones (lástima que se haya malogrado mi iPod), excelentes películas y maratones de series (gracias al gentil auspicio de Cuevana.tv), una tesina que me gustó hacer, un 99 en la Maturità, muchas revelaciones en clase, pocos pero buenos libros (quedan algunos pendientes por leer), muchas fotos, un casi world tour (Italia, Cusco, Piura, Lunahuaná), fiesta de Prom (con la mejor pareja del mundo), mucho cariño de la gente del AA.HH. de San Pedro, un par de cosas que escribí que me gustaron (estoy comenzando algo nuevo), una obra de teatro, pocas cosas que me dolieron pero es tiempo de olvidar y perdonar, un carro (que no es nuevo pero tiene cuatro ruedas, un timón y se mueve), nuevos amigos, pocas horas de sueño, dosis casi letales de cafeína, CHILCANOS, pocos pero buenos días de playa, un cuarto enchulado, ingresé a la universidad, en fin qué más puedo pedir.
A cuatro horas de que empiece el 2012, no me queda más que recibirlo con buenas vibras y con muchas ganas de hacerlo mucho mejor los 366 días que se vienen (sí, el 2012 es bisiesto). La vida puede que muchas veces no sea la fiesta que esperábamos pero mientras estemos aquí, solo nos queda bailar, bueno hasta que el mundo se abra en dos. Entonces, que el próximo año se venga con todo, que por acá estamos preparados.
Edo 

martes, 20 de septiembre de 2011

Todoalmismotiempoahora

Este año no estoy posteando tanto como quisiera. Es a causa de la falta de tiempo y las pocas horas de sueño. Con suerte, un día de semana duermo cinco horas y, ni los sábados me puedo levantar tarde porque, tengo clases a las ocho.
Desde el último post, muchas cosas han pasado. Supongo que una de las más evidentes es que tenemos un nuevo Presidente de la República. Desde el 28 de julio Humala dejó de ser un presidente electo y, pasó a ser uno en funciones. Nos guste o no, lo importante es que fue elegido democráticamente. Hasta ahora, han habido aciertos y desaciertos pero, al parecer, el rumbo de desarrollo a nivel económico que ha tomado nuestro país no va a cambiar. Y, vamos, que Humala va a necesitar que haya más inversión de empresas privadas y mayor dinamismo en el mercado pues, eso se traduce en recaudación de dinero para el estado y, solo así va a poder costear todos los programas sociales que pretende impulsar. Si a esto le sumamos una política de estado que asegure el pleno respeto de las libertades y de los Derechos Humanos, estaríamos  hablando de una virtual gestión exitosa. Sin embargo, ha pasado muy poco tiempo desde el cambio de mando, así que sería muy apresurado ponerle una calificación a esta administración y, sinceramente, espero que todo vaya muy bien.
Bueno pasando a otros temas, porque no todo en esta vida es política, hablemos un poco de qué ha sido de mí estos últimos tres meses, o bueno todas las cosas que han pasado durante el año y que no he puesto aquí.
Primero, parece que este año es el "Edo World Tour" ya que, por cosas de la vida he podido viajar bastante en lo que va del año. Después del viaje de tres semanas por el país con forma de bota, he podido visitar nuevamente dos de mis ciudades favoritas del Perú, Cusco y Piura (en orden cronológico), y he podido confirmar una vez más mi teoría de que para conocer BIEN una ciudad, se tiene que ir, mínimo, dos veces y, cada vez es diferente o incluso mejor, si es que queremos que así sea.
En la quincena de agosto, me fui de retiro con los muchachos de segundo de liceo. Fue un fin de semana medio matado pero, valió la pena. Uno sabe cuando se está en el lugar correcto y, supongo que ese es mi caso. Hay un montón gente genial en esa prom, gente que, además, tengo ahora el gusto de llamarlos mis amigos y con quienes lo pasé demasiado bien este fin. Este sábado empezamos el apostolado en un AA.HH. de Cieneguilla y espero que todo salga bien.
Por último pero, no menos importante (cliché), INGRESÉ A LA UNIVERSIDAD! (TARAAAN!) Sí así como lo leen, por fin me decidí por una carrera y postulé y di mi entrevista y todo. Ahora la respuesta del millón: dentro de cinco años, con mucho esfuerzo y, vamos, algo de suerte, voy a ser un ECONOMISTA (espero). Es genial cuando este tipo de noticias también hacen felices a las personas que quieres. No hablo solo de mi familia sino, también de mis amigos. R.C., por ejemplo, se gastó cuarenta soles en una máquina para raparme al día siguiente que salieron los resultados. Sí ahora estoy pelado y, no, no tengo frío, ya me acostumbré. No me queda sino, agradecerles a todos: a mis papás (antes que a nadie), a mi familia (y con FAMILIA me refiero a los parientes con los que tengo un lazo afectivo de verdad y que han dejado huella), a mis amigos (a todos pero, en especial a LOS AMIGOS) y todos aquellos profesores que no solo se preocupan por enseñar sus materias sino, que a la larga, se convierten en una especie de familia putativa.
Por el momento, tengo todos los días de la semana ocupados, ya sea con cosas del cole, con mis amigos, mi familia, haciendo cosas que me gustan o en el parque con mi perro quemando tiempo. Puede ser que estos meses esté viviendo un poco "todoalmismotiempoahora" pero, no importa, lo estoy disfrutando y estoy feliz, eso es lo importante
Será hasta la próxima.
Con D. P-R., el mismo día de la trasquilada.
Edo  

domingo, 5 de junio de 2011

72 días después

Hace ya un buen tiempo que no paso por aquí, dejando un post para entretenerme. Han pasado 72 días desde la última entrada y en este lapso de tiempo han pasado muchas cosas. Antes de hacer un breve resumen de estos dos meses, quiero presentarles mis excusas (como ya es costumbre) por haber abandonado momentáneamente este blog. Como ya saben, este es mi último año en el colegio y tengo que elegir todoalmismotiempoahora (es el título de un libro para niños pero, se aplica perfecto para este caso) carrera y universidad. Bueno, en la mitad de todo ese proceso, decidí meterme a un curso de preparación para el TOEFL, por si me dan ganas de irme a estudiar a otro país, los martes y jueves de 6 - 9 p.m., lo que equivale a una misión suicida, considerando que esos días tengo clases de mate después del cole. Esto sumado a las clases de los miércoles con Battix (temporalmente suspendidas por diferencias irreconciliables con su roommate) y, más clases de mate los sábados por la tarde, me han dejado sin nada de tiempo. Ah, y desde la semana pasada me he metido a teatro los sábados (tengo una sola línea pero, vale la pena).
No sé si lo comenté pero, desde enero estoy en Twitter (@luis_cerro) y cada día me gusta más. Es más, he puesto una aplicación en el blog para que aparezcan todos mis tweets y, así tu esporádico lector/a puedes confirmar que no he desaparecido de la faz de la Tierra. Yendo al grano, fue el 10 de abril (Primera Vuelta) día en el que mi cuenta ha tenido la mayor actividad hasta ahora. Para serles sinceros, no me he tomado el tiempo de leer un solo plan de gobierno y cualquier opinión que emita respecto a esta campaña, responde a las impresiones que tengo sobre las actitudes de los candidatos. Mi voz aún no cuenta al momento de elegir quién me va a representar por lo próximos cinco años (aunque ya tengo el DNI azul), así que no seré responsable por los eventuales "comepollo", "mataperro", "robaluz", etc. Que eventualmente se pasearán por el Congreso y dormitarán en el Pleno, ni de "faenones" que se gestionarán a puerta cerrada. Así que mi modesta opinión fue solo vista por Facebook y Twitter. En la primera red social, encontré una gran cantidad de comentarios intolerantes y llenos de una injustificada desesperación: gente que promovía un golpe de estado si gana Humala "en defensa de la democracia" (nada más contradictorio); quemar urnas, cédulas y actas o que ya tomaba los resultados del flash electoral como defiitivos. Y, donde quedó la tolerancia, parte fundamental de la democracia? Me hervía la sangre leer comentarios como esos y, otros de gente que se refería de forma despectiva a todos aquellos que votaron por Humala o Keiko y, esta fue mi respuesta:
También hay gente que debería dejar de poner estados estúpidos que lo único que hacen es generar odio entre los peruanos. Así que los que ya están hablando de golpe de estado (asu, que tales demócratas) y, de quemar actas y urnas, deberían de aprender que el voto de los indios, serranos y empleadas (a los que ellos se refieren de forma despectiva) vale tanto como el suyo o, como el de sus papás.
Y, ojo, que si yo pudiera, no votaría por Ollanta Humala JAMÁS, por su evidente falta de seriedad, al tenernos meciéndonos entre plan de gobierno, compromisos, hojas de rutas, juramentos y demás pronunciamientos. Dónde quedan el 32% de electores que votaron por su plan original? Además, si no es capaz de hacer un llamado serio a sus seguidores para que no ataquen a periodistas, ni a los simpatizantes de otros candidatos, qué me puede garantizar que pueda liderar un país? Alguien a quien le tiembla la voz y se le hace un nudo en la garganta para calificar a Hugo Chávez como un dictador; que cuando hay que debatir se limita a leer y; que grita a los cuatro vientos que se está gestando un fraude, solo para generar mayor tensión social, tampoco merecería mi voto.
Y las críticas no son solo para Humala, a Keiko también le toca. Rodearse de la misma gente que estuvo con su padre durante los noventa y, que apañó las barbaridades que se cometieron en esa dictadura ha sido un GRAN ERROR político. Tener voceros que dicen "nosotros matamos menos" o, una congresista electa de su bancada que dice que el juez que condenó a A. Fujimori "responderá en su debido momento",  no hace otra cosa que recordarle a la gente las violaciones a los Derechos Humanos, la corrupción y la falta de independencia de los poderes del estado durante los noventa.
Hoy (porque ya son las 00.11), casi 20 millones de peruanos tienen la oportunidad, que me gustaría ejercer, de elegir CONCIENTEMENTE, RESPONSABLEMENTE E INFORMADAMENTE a quien nos representará y liderará, no me gusta decir gobernará, este país por los próximos cinco años. Lo que sí no me gusta es que a los 3 meses del cambio de mando, la gente empieza a quejarse y a renegar del Presidente y de los paralamentarios que ellos VOLUNTARIAMENTE eligieron. Entonces, para qué diablos votaron por ellos? Por eso, es importante ser responsables al momento de estar en la cabina con la cédula en mano, así después no nos arrepentiremos de tener como representantes a nuestro alcalde, consejeros regionales, presidente regional, congresistas y Presidente.
Durante estos meses de campaña, hemos presenciado continuamente un ambiente de intolerancia, de fractura nacional, de agresión, de falsos demócratas, de excesivo fanatiquismo, de atentados contra la libertad de opinión, de varios ataques a periodistas y contra todo aquel que piense diferente. Lo que pase los próximos cinco años no depende de los que lideren este país sino, de nosotros mismos. Les recomiendo este video. Salga quien salga mañana, le deseo la mejor de las suertes y que no se deje embriagar por la sensación de poder, que al fin y al cabo y, de acuerdo con la Constitución, emana y es ejercido por el pueblo. Perú, alas y buen viento.
Edo