viernes, 8 de octubre de 2010

Grande Mario Vargas Llosa!

Escribo este post a raíz de que el Premio Nobel de Literatura ha sido otorgado, este año, al escritor peruano Mario Vargas Llosa. Sin embargo, considero que debí escribir un post con este título  hace mucho tiempo. No quiero que este post se sume a la ola de reportajes en los noticieros, ni a los artículos que aparecerán en la prensa escrita mañana. No quiero ser un oportunista que se suba al carro de esta victoria pues, aunque nos llena de alegría a todos, este galardón es mérito del trabajo  y dedicación a la literatura de parte de Mario Vargas Llosa.
Debo confesar que desde hace ya un tiempo, cuando llegaba la época del año en la que anunciaban a los ganadores del Premio Nobel, me sentía un poco desilusionado al no ver el nombre de Vargas Llosa en esa nómina. Hoy, sin embargo, al levantarme, prendí el televisor y cuando lo escuché no lo podía creer. Al igual que el escritor, pensé que se trataba de un error o de una broma. Decidí cambiar de canal y me encontré, de pronto, escuchando, en directo, a través de un enlace telefónico desde Nueva York, la reacción de Vargas Llosa frente a este hecho.
A partir de la lectura de sus obras, en la cual me inicié en el 2008, la literatura empezó a cambiar totalmente mi forma de percibir el mundo. Mario Vargas Llosa, a través de sus libros, me ha transportado a épocas, países y, sobre todo, a situaciones que yo no he experimentado pero, que con algunos matices podemos encontrarlos en la actualidad. A pesar de que los hechos relatados en sus obras pertenezcan al pasado, el lector se puede identificar con estos pues, Mario Vargas Llosa, en mi opinión, no se centra únicamente en sucesos sino, sobre todo, en las reacciones y emociones de sus personajes, lo cual permite al leedor conectarse mejor con la trama y con los que participan en esta.
He leído 6 obras de Vargas Llosa: he tratado de hacer la revolución en Jauja con Mayta (Historia de Mayta); he perseguido a la niña mala y cada vez que la encontraba se me escapaba (Travesuras de la niña mala); he estado junto a Urania mientras contaba su historia, he esperado ansiosamente al Chivo con Amadito y Estrella Sadhala y he visto los terrores de Trujillo (La fiesta del Chivo); he visto a Elvira convertirse en la Mamaé (Teatro. Obra reunida); he acompañado a Flora Tristán en cada viaje y a Paul Gaugin en cada cuadro, ambos en busca de su propio paraíso (El paraíso en la otra esquina) y he estado con el mismo Vargas Llosa a través de su campaña presidencial, su juventud y su niñez (El pez en el agua).
Mi homenaje para Mario Vargas Llosa no será solo este post sino, que además prometo leer "La guerra del fin del mundo" y "Conversación en la catedral", antes que termine el 2010. Para él no tengo más que agradecimientos pues, aunque no lo conozco, sus libros me han llegado a atrapar y me han permitido ver el mundo desde otro punto de vista, con personajes que sufren, ríen, lloran, aman, luchan, buscan la justicia, el paraíso, la libertad. Estoy seguro que su obra ha tenido este mismo efecto en muchas personas alrededor del mundo, donde sus libros han sido traducidos en diferentes lenguas. Por este motivo, esta victoria no solo debe de llenar de alegría a los peruanos y latinoamericanos sino, al mundo entero pues, los ideales y las emociones humanas no conocen nacionalidades. Desde aquí me confieso, si quieren llamarlo así, fan de Mario Vargas Llosa y de su obra y lo veo definitivamente, un modelo a seguir.
Edo